Aunque en nuestro pueblo no hay río, Fuente Olmedo lleva el agua en el nombre. Y agua, mucha agua, es lo que bajaba cada invierno por la calle de las Balsas antes de que llegara el asfaltado general y el alcantarillado. Desde las cárcavas del palomar, que recogían el agua de Vijorrero, y hasta la balsa de abajo, una corriente de agua permanecía hasta bien entrada la primavera. Un puente, primero de madera y de obra después, salvaba este remedo de rio en el cruce de la calle de las Balsas con la calle Real.