La estación forma parte inseparable de la vida de Fuente Olmedo. Hasta que dejaron de circular trenes por la línea Medina-Segovia, y más allá de la función lógica del transporte de viajeros, la estación de ferrocarril era el lugar obligado de paseo y de reunión de chicos y grandes. Entrañables vecinos del pueblo, como el señor Jorde, Manolo o Felipín, ligados por su trabajo a la estación, están ya en la intrahistoria de Fuente Olmedo.
Entre la estación y las casillas, llegó a haber tres abiertas con sus correspondientes familias, aportaban buen número de alumnos a la escuela local.