La fotografía apresa, congela, un instante de la vida. Nos recuerda cómo éramos, el entorno en el que nos movíamos, las personas que acompañaban nuestra vida.
En momentos alegres o tristes, la fotografía levanta acta de lo que fuimos. Este es el álbum de la abuela, la caja de Cola Cao en la que guardábamos las fotos familiares con los recordatorios de las primeras comuniones.